miércoles, 28 de agosto de 2013

TE DESEO




Llego a casa, después de una dura mañana de trabajo y te encuentro en el jardín, tumbado entre sol y sombra bajo el cobijo de un sauce llorón. Es verano hace calor y tú estás desnudo durmiendo una plácida siesta. Me acerco y te miro me gusta mirar tu cuerpo desnudo. No quiero molestarte, se te ve tan plácido, tan relajado ¡hay tanta armonía entre la quietud de tu cuerpo y la calma de tu mente! Me siento a tu vera y mentalmente repaso y acaricio todo tu cuerpo, tu pelo, tu cuello, tus hombros, tu espalda, tus nalgas, recuerdo el tacto de tu piel, como no recordarlo, esa misma noche habíamos hecho el amor allí mismo y me estremezco al pensarlo. Acerco mi mano a tu boca quiero sentir tu cálida respiración en mi piel, luego acerco mi boca a tu boca quiero sentir tu aliento y absorberlo como si de esa manera pudiera absorber también tu alma y meterte dentro de mí. Estoy tan cerca de ti que me intuyes y abres los ojos, ¡desprendes tanta luz cuando me miras! Te giras y me regalas la opción de admirar la parte de tu cuerpo que antes estaba oculta, tu pecho, tu vientre, tu pene que comienza a hincharse por momentos, me sonríes de esa manera tan seductora y maliciosa de quien sabe que mis manos son incapaces de resistirse a acariciar tu cuerpo. De repente te pones serio y me levantas, metes tus manos bajo mi vestido, me bajas las bragas y me sientas encima de ti, nuestras piernas se entrelazan, nuestras lenguas también, nuestros sexos y nuestras miradas, me balanceo sobre tu cuerpo de forma brusca, insistente casi salvaje mientras tú me terminas de desnudar y recorres mi cuerpo con tus manos de una manera tan brutal que me hace daño pero al mismo tiempo me gusta porque sé que tu deseo de poseerme es tan grande como mi propio deseo. De pronto un gemido de placer nace de lo más profundo de nuestro ser mientras se mezclan nuestros fluidos y nos fundimos en un solo cuerpo.

Te deseo y te extraño
Felicidades (mañana y siempre)

jueves, 22 de agosto de 2013

EL REGALO



Se acerca tu cumpleaños y quiero regalarte algo especial. Después de varios días devanándome los sesos pensando en cómo sorprenderte por fin tengo una idea y estoy decidida a llevarla a la práctica.
Por fin llega el día esperado y quedamos para pasar la noche juntos. Llego puntual y tú me estás esperando con una copa de vino en la mano y una amplia sonrisa en la cara que se transforma en sorpresa al verme acompañada de otra mujer. Hago las presentaciones y te quedas anonadado al saber que ella es tu regalo, la he contratado para ti, una rubia de pechos voluminosos, quiero ver como espectadora como disfrutas con ella.
Enseguida te vas hacia ella y le quitas la blusa y el sujetador alargas las manos y comienzas tocándoles los pechos con suavidad mientras me miras a mí todavía sorprendido. Acercas tu boca a sus pezones y los besas, los lames, los succionas, y los chupas y mientras que tus manos aprietan, acarician y soban sus tetas, tus ojos no dejan de mirarme. Estas muy excitado y tu excitación despierta mi lívido, te desnudas totalmente y exhibes tu masculinidad que comienzas a restregar por su torso. Yo me desnudo también mientras tú a horcajadas encima de ella aprisionas tu pene con sus pechos mientras te balanceas adelante y hacia atrás y a intervalos lo humedeces con su boca hasta que te vas en un estallido de placer entre gemidos sin dejar de mirarme. Cuando por fin exhausto te apartas de ella yo tomo lo que es mío y lamo tu corrida en sus pechos al tiempo que tus dedos se adentran en mi sexo para que deje escapar toda la excitación que reprimía desde que planee este encuentro.
Me miras, me sonríes y me dices: gracias princesa.

LLUEVEME OTRA VEZ


Llueve y me acuerdo de ti
Gotas de agua chocan contra el frio cristal de mi ventana
resbalan lentamente y me acuerdo de ti
De tu cuerpo brillante bajo la luz de las velas
a causa de una infinidad de perlas de sudor
que nacen en tu piel, para mezclarse en mi piel con mi propio sudor
en un abrazo infinito.
Llueve y me acuerdo de ti.
Regueros de agua recorren las solitarias calles de mi barrio
las surcan lentamente y me acuerdo de ti.
De mi cuerpo tembloroso bajo la luz de las velas
Invadido por surcos de saliva
que nacen de tu deseada boca hasta mezclarse con mi propia saliva
en un beso infinito.
Llueve y me acuerdo de ti
Cascadas de agua caen desbordadas de los solitarios tejados
Salpican bruscamente y me acuerdo de ti.
De tu explosión de placer en la cumbre de tu orgasmo
Desbordándote en mi boca
Salpicándome de cálidos fluidos hasta mezclarse con mi propio placer
En un recuerdo infinito
Llueve y me acuerdo de ti
De tu propia lluvia sobre mí
De tu sudor, de tu saliva y detu semen en mi
Lluéveme….. lluéveme otra vez…..

AROMAS

Su olor…..su olor es lo que más me gusta de él. No sé describirlo, es complicado, no huele a nada que yo haya podido percibir anteriormente sin embargo me evoca tantas cosas, creo que por eso me gusta….no, no me gusta me embriaga, me emborracha y me hace perder la noción de la realidad. Huele a especias, a hierbas, a tierra mojada y a café sobre todo a café y a lluvia, ¿a qué huele la lluvia? No lo sé pero él huele a lluvia. Por su olor sé cuándo se acerca, aun sin verlo le presiento, su olor y mi cuerpo están conectado hasta tal punto que sólo con olerlo y sentirlo cerca, aun sin verlo, sin tocarlo y sin escucharlo mi cuerpo comienza a actuar libremente, sin límites y sin frenos. Mi boca comienza a salivar, mis poros a sudar y mi sexo a lubricar, la piel se me eriza y la boca se me ensancha en una sonrisa permanente, entonces sólo deseo sus manos en mi piel, sólo sus manos son capaces de calmar ese ardor que recorre mi cuerpo cuando evoco aquellos momentos en los que su mano se introducía por debajo de mi falda y sus dedos dentro de mi sexo, se empapaba de mis fluidos para embriagarse me mi sabor y de mi olor. Entonces, borracha de aromas sugerentes, me pierdo en mis fantasías y en mis deseos de volver a verlo lamerse los dedos después de mojarlos en mí.

lunes, 5 de agosto de 2013

GOZANDO

Sé que no era vicio, era lujuria, el ver el brillo de tus ojos mientras masajeabas aquella joven verga, la engullías en tu boca sin apartar tu mirada de la mía y te dejabas hacer justo por detrás de tu espalda. Gozabas en cada penetración, chupando mas y mas fuerte. Eras incapaz de resistirte a los placeres carnales con que aquel desconocido embestía tu sexo. Estabas mojada, su polla entraba y salía de ti de una forma brusca, sin modales y separaba tus labios vaginales con la misma fuerza con que tu boca se aferraba a aquella otra polla que te llenaba la boca. Yo te miraba ardiendo de deseo con mi duro sexo asomando por mi mano. Me levanté y separé con mis manos tus nalgas para que sintieses mejor las embestidas de aquel chico que golpeaba sus huevos contra ti de una forma cada vez mas incesante. tu gemías llena de verga mientras descargaban en ti lo mas caliente de sus cuerpos. Inundaron tu boca y tu coño de leche de tal forma que corrieron por tus muslos y sobresalieron de tu boca a borbotones, saboreando con tu legua lo que podías. Se volvían flácidas por momentos aquellas pollas dentro de ti, mientras seguías mirándome. Me llamaste con la mirada y cuando llegué a ti, me ofreciste tu sexo lleno de jugos de placer. Me cogiste con fuerza del pelo y acercaste mi boca a tu coño haciendo que lo lamiese y mordisquease tu clítoris con suavidad. me gustaba su sabor, lamí aquel túnel de placer con mi lengua buscando cada rincón de ti. Con un giro de caderas te separaste y cogiendo mis huevos con tu mano, introdujiste mi verga dentro de ti hasta que un gemido ahogó tu voz junto a mi pecho. Embestí con fuerza mientras mirándome a los ojos gritabas cornudo una y otra vez, querías mas, querías sexo, querías placer. Seguí follando aquel coño lleno de semen y viendo como tu mirada se volvía cada vez mas perdida, hasta que explotaste en un orgasmo inolvidable, clavando tus uñas en mi espalda y con tus piernas entrelazadas con las mías. Tras estar varios minutos exhausto dentro de ti, sonreíste. Habían sido tres corridas para ti sola, para nosotros dos. Un beso