martes, 26 de noviembre de 2013

Vistete de putita corazón.....




Tengo una cita, he quedado en la cafetería de un hotel apartado de la ciudad, llego pronto aunque ya es de noche y me acerco a la barra del bar, pido una copa y me siento a esperar vestida de putita, un escote en la espalda hasta la cintura, falda corta, medias con ligas, tacones de aguja, carmín rojo en los labios y mirada sedienta de lujuria buscando en los clientes del bar a mi futuro posible amante, mientras pienso en todo lo que está ocurriendo.

No te conozco pero tu a mi si, has buscado mi correo y me has escrito, me has dicho --Puta quiero follarte ¿Cuánto me cobras por meter mi polla en tu coño, en tu boca y en tu culo? quiero joder contigo toda la noche, te pagaré bien sólo dime el sitio y la hora.

Cuando lo leí, lejos de indignadme, me produjo un morbo inquietante y excitante, tanto que decidí seguirte el juego y me puse un precio el cual aceptaste y concretamos nuestra cita.

Esperándote sentada en la barra del bar me llega una nota "habitación 203", pago mi copa y me pongo en camino, con las piernas temblando por la excitación, el morbo y por que no por el miedo de no saber que tipo de depravado podría encontrarme allí. La puerta está abierta, entro y cierro ya no hay vuelta atrás. En la cama hay una cinta y una nota me pides que me cubra los ojos, quieres seguir manteniendo tu anonimato y lo consigues, no logro reconocer tus pisadas al acercarte a mi, ni tu mano recorriendo mi espalda e introduciéndose por mi vestido hasta llegar a mis pechos, ni tus labios besándome el cuello..... de repente me arrancas el vestido y me amarras las manos para que yo no pueda tocarte, me empujas sobre la cama, me abres las piernas y me follas sin miramientos, como se follan a las putas, sin besos, sin caricias, embistiendo con fuerza como un animal a otro y yo totalmente excitada sigo el ritmo de tus movimientos y me dejo follar como una zorra y me corro y te corres y en ese momento me doy cuenta de que mis sospechas son ciertas tus gritos y jadeos me confirman que eres tu, quien yo deseaba que fueras, pero teníamos un trato, yo esa noche era tu puta. Me pusiste boca abajo, me quitaste la cinta de los ojos y de las manos y me dijiste --A estado bien, aquí tienes tu dinero-- Y te fuiste sin un beso como se despiden los hombres de las putas.

martes, 19 de noviembre de 2013

MORBO, PURO MORBO


Acabamos la noche, despues de cenar algo ligero a tomar unas copas en uno de estos bares nocturnos, donde es permitido tener sexo de la forma que mas te apetezca. A los dos nos temblaban las rodillas en una especie de mexcla entre primera vez, expectación por la novedad y el morbo.
Las personas que alli estaban nos miraban, desnudandonos con la mirada, pero nosotros nos dedicamos a mirar, a tomar copas y a hablar de cosas que normalmente no se hablan en vida social. Me hablabas de las sensaciones que vivias en casda orgasmo, de lo que te gustaba lamer tus dedos a cada paja que te hacías, de la fantasía de tener una experiencia inconfesable, mientras yo sentia como mi polla se endurecía a cada palabra sucia que tus labios dejaban caer.
Estabas bonita, muy bonita y sobre todo derramabas sensualidad, dejandoles ver la liga de tus medias a medio muslo a la chica de enfrente que tan dulce y deseosa te miraba.
Pasamos a la sala interior y mientras subiamos la escalera, me dejabas manosear los labios de tu entrepierna, asi me insinuabas que cumplias la promesa de salir a la calle sin braga. Eso me excitó mucho mas de lo que estaba.
En el interior de la sala nos encontramos una cama grande y siete u ocho parejas follando unos delante de los otros. Nos entendimos con sola una mirada y tu sonrisa me invitó a desnudarnos. Fué excitante ver como lamias mi polla, aun sabiendo que nos miraban. Te gustaba y a mi me llenaba de placer. Tu lamias y emgullias mi verga haciendo que los demas nos viesen, al igual que la sacabas de tu boca para mirar como llegaban al orgasmo una y otra vez una persona u otra.
Me ofreciste tu sexo. Con toda la dulzura que pude lo lamí una y otra vez. Me gustaba la morbosa situación de lamer tus jugos y ver como gemías y descargabas toda tu rabia contenuida en mi boca. Te pusistes a horcajadas y mientras mi sexo se perdia dentro de ti hasta lo mas profundo de tus entrañas, tu resfregabas tu clitoris sin dejar de mirar como follaban los demas. Me cabalgaste un buen rato y tus gemidos me excitaban cada vez mas. Me cogias los huevos a cada cabalgada, como queriendo meterlos dentro tambien, hasta que senti como te derramabas encima de mi y yo explotaba llenado de semen todo tu sexo. Caimos exaustos. Tu sonrisa complice me cautivó y disfrutamos juntos de aquel momento y fuimos meros observadores de aquel desfile de cuerpos y sexo durante un buen rato. Al instante sonó el despertador, hora de trabajar........